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SUSAN SONTAG Y LOS LUGARES COMUNES EN EL ARTE.

  • Foto del escritor: Mariana Z.
    Mariana Z.
  • 27 jul 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 1 ago 2018

Primeras impresiones sobre la interpretación del Arte.

Susan Sontag.Fotografía: The Peter Hujar Archive, Mattew Marks Gallery, NY.

Después de pasar las horas nocturnas recordando cosas random, sacando de mi cabeza aquellas experiencias cuyos recuerdos llegan en horas de madrugada decidí enfocarme en algo más productivo. Leer ensayos de Susan Sontag (1933-2004) y pensar en cosas que me atañen todos los días. Algunos de sus textos se cruzaron en mi vida entre los 20 y los 25 años. Seis años después volví a sus ensayos, para buscar mi supuesta “libertad intelectual”(que ahora concluyo que no existe) y para renunciar a ese poco estilo al que estaba acostumbrada después de escribir dos tesis de grado.


Cuando escribía me preguntaba sobre el asunto de la interpretación del arte y la cuestión de los estilos artísticos o literarios. El primero, es un término muy apreciado en la academia y el segundo ha sido descartado para dar paso a la idea del Arte como una expresión subjetiva (Sontag, 1996, p.26). Antes de entrar en el asunto de si es o no es arte, o qué es la interpretación, si existen los estilos artísticos o no, si la categoría de interpretación ha cambiado su significado a través de décadas de discusión y de acción política. Me gustaría dejar en claro que:


La interpretación también es el reflejo de nuestra conciencia, nos habla de la forma en la que percibimos y ordenamos el mundo, de nosotros, de nuestro mundo.

En realidad lo que me interesa son las coincidencias entre lo que conozco sobre estos conceptos (interpretación y arte) con el con el texto de la escritora y crítica norteamericana Susan Sontag. En su trabajo “contra la interpretación” escrito en la década de los alocados años sesentas, Sontag manifiesta su inconformidad sobre la forma en la que se comprende el arte. Este pequeño ensayo fue escrito en la época en que ella vivía en Nueva York y es un pequeño texto que desafió las categorías con las que interpretamos una obra de arte, poniendo a discusión el asunto de la forma y el contenido de un objeto artístico. Ahora esta discusión continúa, pero ¿qué es lo que persiste?...


Forma e interpretación artística.


Empezaré desde la obra en sí, tema que tendría que dar para largas pláticas de café, foros de discusión y una extensa producción de textos. La constante, al apreciar cualquier obra de arte tiene que ver con la distinción entre forma (la materia) y contenido (el discurso).

No sólo es acercarnos a ciertas obras —pensemos en la pintura— es pensar qué dice, cómo lo dice y para qué lo dice, a través de las formas plásticas.

Cualquier obra, está conformada por un conjunto de elementos y de referencias, pensemos en comprender una pintura o escultura. Al enfrentarnos a ellas separamos el conjunto de elementos que la forman y a partir de los referentes que tengamos tratamos de poner en claro el mensaje de la obra. Estos elementos son distinguibles en la medida en que los registramos como parte de un sistema cultural.


Al reconocer el uso de la técnica, la superficie empleada, los colores, las formas (o el diseño), a ciertas imágenes literarias o referencias plásticas y el contexto en el que se elaboró, hacemos del arte una especie de esquema. ¿Este esquema o uso de categorías no fragmentan a la obra en sí? Aunque identificables las partes, habría que pensar en la obra como un solo elemento, que no depende sino de su propia coexistencia y del diálogo mismo que se intenta establecer con quien observa y que cambia de acuerdo con el lugar donde se encuentre (no es lo mismo observar una obra en un templo o en los muros de una escuela pública que en un museo o en una galería de arte).


El problema de la interpretación.


Como advirtió Susan Sontag el discurso o el contenido de una obra no debe sobrepasar la materia de la que está hecha. Para que la interpretación sea algo “asimilable a la idea de contenido de una obra de arte” (Sontag, 1996, p.27). Sin embargo, algunas corrientes artísticas surgidas en la segunda mitad del siglo XX han llevado al arte a extremos discursivos en los que el contenido sería la forma, tal como en el Arte Conceptual. Esta corriente se ha convertido en uno de los mayores problemas para quienes interpretan la obra, pues pareciera que al sobreponer al discurso sobre la forma, la interpretación que hace cualquier otra persona que no sea el creador de la obra es inválida o equivocada. Un ejemplo de ello es esta obra del artista norteamericano Joseph Kosuth, expuesta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), en donde el creador se tomo la molestia de escribir una ficha explicando su obra.


Joseph Kosuth, "One and Three Chairs", MoMA, 1965

Sí, el arte es materia, es forma y es a través de la forma que podemos conocer su contenido, sin embargo el problema de la interpretación o de volver a pensar en el objeto artístico es que lo puede hacer un objeto maleable y manejable según nuestros intereses. Para ello, basta volver a la forma para poder experimentar y hacer visible la cosa como es. Y sólo será visible en cuanto la experiencia y por consiguiente la interpetación que realicemos sea de la manera más transparente. Comprender la obra significa que el objeto artístico debe mostrarse como lo que es. Al mostrarse así la crítica de arte cuestionará nuestros paradigmas y comprenderemos más sobre nosotras y sobre nuestra historia.


Julio, 2018.


Referencia.


  • Susan Sontag (1996), “Contra la interpretación” en: Trd. Horacio Vázquez R.,Contra la interpretación (1ª ed. 1966), pp. 25-40, Buenos Aires, Argentina, Alfaguara Taurus.

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SOBRE NOSOTRAS

Abrí este espacio para reflexionar, dialogar y cuestionar la forma en la que ha representado el cuerpo femenino en las artes, así como el lugar de las mujeres dentro de  la Historia del Arte.

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